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Save the Children: "Algunas familias tenían que escoger entre comprar mascarillas o comer"

Ainara Arregi

Charo Arranz es la directora de Save the Children Euskadi. Con ella hemos analizado los efectos que el Covid-19 está teniendo en las familias más vulnerables de Euskadi, y sobre todo en los niños y niñas más desfavorecidos.

¿Cómo estáis llevando la pandemia?

Nos está dando muchos quebraderos de cabeza, porque está teniendo un impacto tremendo en la vida de las familias, y de los niños y niñas con los que nosotros trabajamos. No sólo debido a la pandemia, es un problema de la crisis socioeconómica que viene asociada a la pandemia, y que está agravando todas las brechas posibles que ya existían antes. Entonces, la situación de las familias más vulnerables se está complicando mucho, y no vemos que el año 2021 vaya a ser un año sencillo.

Cuándo se habla de pobreza infantil, ¿a qué se refiere, en qué aspectos repercute?

La pobreza infantil tiene muchas dimensiones. A veces cuando hablamos de pobreza infantil pensamos en niños y niñas, familias en general, donde hay dificultades para pagar el alquiler, donde los ingresos están por debajo de los 900 euros al mes, donde no se puede pagar la calefacción. Si miramos los indicadores de pobreza que se miden en los distintos estudios de ausencia de bienestar, nos referimos a tipos de criterios, como, si hay dificultades de pago para imprevistos, si hay dificultades para tener dos comidas con proteínas a la semana, si hay dificultades para conseguir ropa o calzado adecuado, si hay dificultades para el acceso a la educación. A parte de eso hay más cosas que afectan al bienestar de los niños y niñas y también entran dentro de esa pobreza o ausencia de bienestar, como por ejemplo, no poder tener unas vacaciones al año, no poder disfrutar de actividades de ocio, o de tiempo libre. No es que sean un lujo, los niños y niñas tienen que desarrollarse no sólo a nivel cognitivo, sino también a nivel emocional y a nivel social para ser unas personas que desarrollan plenamente sus capacidades. 

¿Y para los niños y niñas qué es la pobreza infantil?

Son palabras textuales de los niños y niñas: ir con el estómago vacío a la escuela, vivir preocupados porque su padre y madre no pueden pagar el alquiler, tener que dormir con el resto de la familia en la misma habitación, tener que compartir casa con otras familias distintas, pasar el invierno en casas y colegios donde pasan frio, tener dificultades para pagarse los libros, no tener la oportunidad de ir a cumpleaños de otros niñ@s del colegio, o no poder invitar a sus amigos a sus casas, no tener regalos en Navidad, no poder hacer una celebración especial. L@s niñ@s son perfectamente conscientes de lo que conlleva ser pobre. Solemos ver a niñ@s que siempre llevan el mismo abrigo por encima, y cuando ya estás tratando con ellos, te das cuenta que no se lo quitan porque por debajo sólo llevan una camiseta, siempre la misma camiseta, y sienten vergüenza. Todo esto afecta a la dimensión psicológica, por lo que, la pobreza es algo que hay que abordar desde un punto de vista multidimensional, para que l@s niñ@s se puedan desarrollar de forma completa. 

¿Para Save the Children qué significa la pobreza infantil?

Una desigualdad de oportunidades, y esto se traduce en que niñ@s con las mismas capacidad van a vivir en el futuro, realidades muy distintas, que van a hacer que su futuro no sea el mismo. A veces se piensa que la pobreza infantil es un tema de niñ@s, pero no es así. La pobreza infantil es persistente, se hereda y cuesta mucho salir de la pobreza. La única manera para salir de la pobreza es apostar por invertir en educación, y eso deja una sociedad en el futuro donde hay una brecha de desigualdad que pasa una fractura social y que tiene un coste social, económico de presente y futuro. La pobreza infantil no sólo es un problema de l@s niños de hoy, es un problema de sociedad que vamos a construir en el futuro. 

¿Cuáles son los datos de Euskadi?

1 de cada 4 menores de 18 años está en riesgo de pobreza. Estamos hablando de más de 92.000 niñ@s y adolescentes, según la Encuesta de Condiciones de Vida del 2019. L@s niñ@s y adolescentes sobre todo viven en entornos de familias monomarentales, donde hay 3 generaciones compartiendo la pobreza, es decir, viven conjuntamente abuel@s, hij@s y niet@s, y también, en hogares de inmigrantes. Esos son los 3 grandes exponentes de pobreza infantil en Euskadi. Cuando se juntan una tasa de paro alta, altas tasas de inmigración, y pocas oportunidades de empleo cualificado es donde más pobreza infantil se registra. Un claro ejemplo en Bizkaia, lo tenemos, en la margen izquierda. La margen izquierda es una zona donde se ha perdido mucha industria, las tasas de paro duplican, e incluso, triplican la media de Euskadi, y donde hay una alta tasa de gente inmigrante, por lo que, las necesidades son muy altas. Si es cierto que en Euskadi tenemos un buen estado de bienestar, pero también es cierto, que tenemos una gran brecha de desigualdad. El Gobierno vasco destina muchos recursos a temas de educación y acción social, incluso a cooperación internacional, pero la brecha de desigualdad es significativa. Aquí, en Euskadi, por ejemplo, tenemos una brecha en cuanto a segregación educativa, donde los ricos cada vez son más ricos y los pobres cada vez son más pobres. Y con la llegada de la pandemia, esto se ha acentuado aún más, porque los colegios se han cerrado y se decide seguir con las clases online; de las familias que atendíamos en Save the Children Euskadi, hasta la llegada de la pandemia, el 60 % no tenía dispositivos en su casa, el 40 % no tenía Internet. Entonces, no sólo es que nos encontramos con la brecha tecnológica, sino que, los padres y madres de estas familias no tienen competencias digitales, y no sabían cómo ayudar a sus hij@s. A todo esto se suma, que no es lo mismo pasar el confinamiento en una casa con calefacción y con tu espacio, que en una infravivienda de 50 m2, donde hay dos familias conviviendo, y a veces se dan situaciones complicadas de violencia, de maltrato. Con el confinamiento lo que hemos visto ha sido que éste tipo de situaciones lo ha hecho explotar. Por eso pusimos en marcha un número de teléfono para que l@s niñ@s y las familias pudieran llamar de forma anónima y solicitar apoyo. 

¿Vosotros actualmente con cuántas familias trabajáis?

En Euskadi llevamos interviniendo más de 15 años, y actualmente tenemos intervención en Vitoria-Gasteiz, en Bilbao y en Barakaldo. En total, venimos a atender más de 500 niñ@s, de unas 287 familias. Debido al Covid-19, éste año hemos tenido que reducir el ratio en los programas por el tema del aforo, y en Vitoria-Gasteiz se nos han quedado 50 niñ@s fuera de los programas. Y no es lo mismo decir que se han quedado fuera 50 niñ@s, que decir que se han quedado fuera Oier, Olatz, Maite, Maria, etc.

¿Cómo está afectando el Covid-19 a la pobreza infantil?

En primer lugar, ha habido brecha económica, porque los que más han sufrido la pérdida de empleo han sido aquellos que estaban con empleos de baja cualificación o directamente, aquellos que estaban en economía sumergida. Nosotros hicimos una encuesta, y la primera semana de confinamiento, en marzo de 2020, el 60 % de las familias que atendemos, ya habían tenido una reducción o pérdida directa de su puesto de trabajo; muchos trabajan en sectores de baja cualificación, como en hostelería, en la limpieza. Se ha visto que la gente que puede permitirse teletrabajar, es gente que trabaja en puestos donde tienen ingresos de más de 44.000 euros anuales. Pero nuestros usuarios no pueden teletrabajar. A la gente que está sobreviviendo con ERTEs, ahora se le añade la incertidumbre de qué pasará en el futuro, cuando se terminen las prestaciones. Por otro lado, ha afectado al tema de la educación. Ha habido much@s niñ@s que no tenían acceso a la educación online y nosotros rápidamente dotamos a estas familias tanto de tablets como conectividad. Nuestras intervenciones que las hacíamos de forma presencial, también las pasamos a formato digital para darles refuerzo educativo online. Esas tablets eran las que utilizaban los estudiantes para conectarse a sus clases online. El gran problema que hemos visto es que, si te desvinculas del colegio, que es un sitio donde l@s niñ@s no van sólo a aprender, sino que también van a socializar, van a desarrollar sus habilidades sociales, van a desarrollar confianza en sí mismo, hay tendencia a abandonar los estudios. Y el abandono de los estudios es garantía de un futuro no bueno. Otra de las dificultades que hemos visto es dificultades para pagar el alquiler, dificultades para hacer frente a pagos de comida. El Covid ha afectado especialmente a familias con niñ@s, y lo que han tenido es grandes dificultades para poder comprar carne o pescado, poder pagar la alimentación, poder pagar recibos de suministros básicos, como el agua, la luz, el teléfono o incluso, Internet, que ahora ya es un suministro básico. Y evidentemente, problemas, para pagar la calefacción. 

En diciembre hicimos una encuesta que recoge no sólo datos del principio de la llegada del Covid-19, sino también, datos de los primeros efectos de la pandemia, y es que, el 77 % de los hogares con niñ@s a cargo en Euskadi, ha visto caer su nivel de ingresos, un 54 % ha perdido el empleo y uno de cada 4 están en ERTE. Además, el 45 % de los hogares de Euskadi que ha tramitado ayudas económicas en la pandemia, aún no la han recibido, y desde Save the Children este es un dato que nos preocupa, por lo que, instamos a las administraciones a que agilicen los trámites, en la medida de lo posible. Para finalizar con datos de la encuesta, recalcar que, a lo largo de la pandemia un 4 % de los hogares vascos ha sufrido cortes de suministros básicos, estamos hablando de 28.000 hogares que han tenido o cortes de luz, o de calefacción, o de Internet, o de agua. 

¿Podemos decir que la pandemia ha acentuado la brecha de desigualdad?

Sí, sin lugar a dudas. Evidentemente, las perso nas más afectadas han sido aquellas familias con hij@s a cargo, que además, ya antes cobraban menos ingresos de 900 euros al mes. Pero esto nos puede pasar a todos, ya que no hay garantía de decir yo tengo un trabajo estable, porque, por ejemplo, trabajas en un bar o un comercio, y te cierran la persiana. Hay muchas familias de clase media, que anteriormente al Covid-19, andaban justos, pero ahora de repente tiene que ir a solicitar ayuda a bancos de alimentos. Nosotros hemos dado ayudas de 100 euros por niñ@, porque necesitan incluso para productos de higiene y limpieza. Estamos viendo que con la reducción salarial, hay muchas familias que antes eran vulnerables, pero ahora han pasado a estar en pobreza moderada, y claro, existe el riesgo de que pasen a pobreza severa. Con todo esto lo que estamos viendo es que, si con la pobreza infantil no se toman medidas serias, la pobreza infantil en el Estado español puede alcanzar hasta un 33 %, y en Euskadi hasta un 26.7 %. 

¿Desde instituciones qué medidas se están tomando?

Hasta septiembre se prohibió el tema de los cortes de electricidad, se generaron fondos de emergencia, y se aprobó el tema del Ingreso Mínimo Vital, para que las familias pudieran acceder. Lo que ha ocurrido es que, en el caso de Euskadi se han disparado las solicitudes de RGI, pero hay tal retraso, que el 45 % de las personas que han solicitado ayuda aún no la han recibido. En el caso del Gobierno Vasco, hubo una cosa buena, y es que se mantuvieron las becas comedor, que es algo que en resto del Estado español no se hizo, y eso ha ayudado, por lo menos, a que las familias pudieran seguir teniendo, al menos, una comida al día para los niños. Esto llegó hasta julio. Una vez que no hay colegio, se detuvo esta ayuda. Por eso, nosotros en las colonias de verano, también ofrecimos catering, para que tuvieran una alimentación con fundamento al día. Además, el Gobierno Vasco creó un fondo de 10 millones de euros que se dividieron en 9 proyectos, que cubrían desde ayudas económicas, ayudas con dispositivos tecnológicos que se han estado gestionando a través de diferentes entidades del Tercer Sector Social. Nosotros, por ejemplo, estamos en el proyecto "Aukerak suspertze", de línea educativa. Pero todas estas ayudas están llegando muy lentamente a las familias necesitadas, por lo que, es imperativo, que por favor, las administraciones públicas y las instituciones agilicen la recepción de las ayudas, y por otro lado, pedimos a las instituciones y Gobiernos que faciliten el acceso a la tramitación de estas ayudas. Hemos visto que como hay poco personal, muchas de estas ayudas se tramitan online, y precisamente, muchas de estas familias, no tienen competencias digitales, ni acceso a este tipo de herramientas para solicitar las ayudas. Por lo que, necesitan números de teléfono, lugares físicos a los que poder ir, y otras formas, para poder agilizar la tramitación. En el caso de los ayuntamientos, también se ha ofrecido ayuda. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Barakaldo ha facilitado mascarillas. Así pues, podemos decir que desde Gobierno Vasco, Diputaciones y Ayuntamientos se han ofrecido ayuda.

Por otra parte, en cambio, se han adoptado medidas que no respetan los derechos básicos de los niñ@s, han sido los más perjudicados. Por ejemplo, lo primero que se cerraron fueron los colegios. Durante esta pandemia no se ha escuchado la voz de los niñ@s, y no se han tenido en cuenta sus demandas como sujetos de derechos que son. L@s niñ@s tienen recogidos unos derechos, que están ratificados por 196 países en la Convención de los Derechos del Niño, y entre estos derechos que tienen, están el ser escuchados, y a su bienestar físico y emocional, el derecho a la educación, y el derecho al esparcimiento. Y hemos visto que todo el mundo hablaba cómo abrir los hoteles y los bares en verano, pero el acceso a los colegios estuvo muy entredicho hasta el final. En Euskadi, el deporte escolar se ha suspendido en los municipios en rojo. Está claro que hay que respetar todas las garantías higiénicosanitarias, eso es lo primero, pero a partir de ahí tenemos que poner el interés superior del niño en el foco. Y la infancia no ha estado en el foco de las decisiones que se han tomado. Y nos da miedo que ahora tampoco esté entre las medidas de reconstrucción que se tomen. 

¿Y vosotros desde Save the Children qué medidas habéis tomado?

Nosotros reconvertimos la intervención que teníamos, y hemos dado asistencia a través del programa que hemos llamado `A tu lado´ a 630 ni ñ@s de la CAV. En Barakaldo, dotamos de dispositivos informáticos y conectividad a todas aquellas familias que no contaban con esos recursos, para darles refuerzo educativo, pero también a través de aliados, hemos hecho actividades de ocio, incluso de deporte, online. En Bizkaia, tenemos una alianza con el Athletic y han hecho deporte a través de la tablet en familia.

Por otra parte, hemos visto la necesidad de ayudas mensuales; por lo que, entre marzo y septiembre de 2020 repartimos cerca de 220.000 euros en Euskadi, a las familias que más lo necesitaban. Son 100 euros por niñ@, y esa cuantía está destinada para ayudarles a cubrir esas necesidades básicas: comida, alquiler, etc. Algunas familias tenían que escoger entre comprar mascarillas o comer. También hemos prestado una línea de apoyo telefónico y de seguimiento ya con planeamiento, tanto a padres/madres con pautas de crianza y educación positiva, hemos elaborado 5 guías, hemos derivado a recursos psicosociales las situaciones difíciles que hemos visto, y también hemos atendido a menores, niños y niñas que no se encontraban a gusto en sus casas. El verano nos lo marcamos como una época muy importante, porque si otros años el olvido de lo aprendido en la escuela en verano es considerable, con la situación generada a raíz del Covid, podía convertirse en lo equivalente a un curso escolar. Por eso, organizamos colonias presenciales para los niñ@s más necesitados, porque creemos que es importante que los menores de edad se vean, estén juntos y con el confinamiento, desde marzo llevaban si ver a sus amigos. Entonces, dándoles mascarillas, dotar de geles, tomar la temperatura corporal, guardar distancias, y volviéndonos locos para que los niños de entre 8 y 12 años con los que trabajamos, pudieran jugar manteniendo las distancias, llevamos adelante las colonias. También se les dimos catering, y comida para que pudieran llevar a sus familias, y tener, al menos, una comida con el componente nutricional adecuado.

Actualmente, seguimos con la intervención presencial, estamos muy pendientes de dotar de dispositivos informáticos a aquellas familias que no tienen.

¿Qué podemos hacer para ayudar a reducir la pobreza infantil?

Tenemos que seguir trabajando en la incidencia política en los Gobiernos, en las instituciones, tienen que poner todo de su parte para que no volvamos a una realidad que existía antes, que la reconstrucción sea con mirada de infancia, que no deje a nadie atrás, que l@s niñ@s y familias más vulnerables no queden descolgados de esta reconstrucción y que seamos capaces de reducir las brechas que existían antes, en vez de trabajar con el hecho de que vamos a asumir que las brechas siguen ahí, y esto es lo que hay. Creemos que tenemos mecanismos como en fondos europeos, y hay que invertir en educación, sanidad, investigación, y en infancia. Invertir en infancia es invertir en futuro.

¿Cómo se presenta el futuro de los niños y niñas más desfavorecidos?

El futuro depende de nosotros, depende de cómo abordemos la reconstrucción y aquí juegan un papel tremendamente importante instituciones, la sociedad civil, los medios de comunicación para informar, sensibilizar y dar voz a los menores, también a nivel educativo. Tenemos que poner las medidas como sociedad para que la reconstrucción esté enfocada a invertir en infancia y reducir las brechas para dirigirnos a una sociedad más inclusiva. 

 

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