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En el corazón de Euskadi, el voluntariado se erige como un pilar fundamental para el bienestar de la sociedad

Gizalde, Bizkaia Gara, Batekin

En Euskadi, la tradición solidaria ha perdurado a lo largo de los años, con un crecimiento constante de la participación en actividades voluntarias. Según datos recientes, más del 17 % de la población ha participado en alguna forma de voluntariado en el último año, lo que significa aproximadamente 320.872 personas, demostrando un compromiso sólido con la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Este dato confirma una tendencia al alza que se mantiene desde 2012, primer dato comparativo de referencia en Euskadi.

En los últimos años han ido surgiendo otros enfoques y formas de entender el voluntariado que se basan en una perspectiva más amplia y abierta de este fenómeno y que incluye otras manifestaciones altruistas de ayuda directa a terceras personas, de participación en movimientos sociales, etc. Es posible que la distinción entre un voluntariado formal, desarrollado en el marco organizativo en entidades sociales, de otras expresiones de participación social al margen de estas organizaciones ha podido infraestimar el papel de esta acción altruista. Con este enfoque desde el Consejo Vasco de Voluntariado, acaba de lanzarse el Informe de "Voluntariado y otras formas de participación social en la CAPV 2023" que tiene datos más que interesantes.

En cuanto al análisis de los datos recogidos en función del Territorio Histórico indica que Gipuzkoa presenta un índice de voluntariado en estas organizaciones más alto (18,5 %) y el que ha experimentado un mayor crecimiento con respecto a los datos de 2017 (pasa del 14 % al 18,5 %). Araba y Bizkaia presentan índices muy similares, aunque algo inferiores (16,5 % y 16,2 % respectivamente).

Tal y como devuelve el informe, la tasa de voluntariado actual desagregada por sexo muestra un índice muy similar entre hombres y mujeres. Concretamente el 17,2 % de los hombres y el 16,9 % de las mujeres desarrollan este tipo de tareas.

Los datos también muestran que las y los jóvenes de entre 18 y 19 años son quienes presentan la mayor tasa de voluntariado. Así, el 28,8 % de las personas en este rango de edad ejercen el voluntariado. Por el contrario, entre los 50 y los 64 años se observa la tasa más baja (13,2 %).

A pesar del compromiso continuo, el voluntariado en Euskadi enfrenta desafíos significativos. La pandemia ha tenido un impacto directo, reduciendo las oportunidades de participación y generando una mayor demanda de servicios de ayuda. No obstante, la comunidad de voluntarios ha demostrado una notable adaptabilidad, utilizando la tecnología para mantenerse conectada y continuar su labor de forma segura.

Sobre los motivos para involucrarse, la mayor parte de las respuestas recogidas (alrededor del 27,3 %) aseguran hacerlo por el interés personal por el ámbito en el que actúa la organización. El segundo motivo más mencionado (26,9 %) alude al placer de ayudar, involucrase y sentirse reconfortada o reconfortado a través de la actividad en el ámbito de actuación de la organización. En relación con esto último, la justicia social, la ideología o las creencias son los elementos en base a los cuales escogieron o se vincularon a la organización en la que colaboran voluntariamente.

Datos recopilados muestran que algo más de 1 de cada 5 personas voluntarias lo hace en entidades cuya actividad se orienta generar vínculos, relaciones y/o acciones que afectan a la ciudadanía en su conjunto o a una parte de ella y que implica la participación activa de la misma (asociaciones vecinales, Asociaciones de Madres y Padres —AMPAS—, Asociaciones de personas mayores, etc.). En un segundo plano, el ámbito de Acción Social concentra a un número importante de personas voluntarias y en tercer lugar, las organizaciones del Ámbito Deportivo movilizan la participación del 13,1 % de las personas voluntarias.

A pesar de todo, las entidades dedicadas al voluntariado en Euskadi se enfrentan a desafíos significativos a la hora de captar personas voluntarias comprometidas. A menudo, la vida moderna y ajetreada puede dificultar la disponibilidad de las personas para comprometerse con el voluntariado de manera regular y consistente. La falta de tiempo libre y la creciente presión en las agendas personales y profesionales representan barreras significativas para la participación activa. Así mismo, la perspectiva individualista puede conducir a una desconexión con los problemas y desafíos comunitarios. Las personas pueden tener dificultades para identificarse con las necesidades de la comunidad y, por lo tanto, pueden ser menos propensas a ofrecer su ayuda de manera voluntaria. Las personas pueden sentir que los problemas sociales y comunitarios no son su responsabilidad personal, lo que dificulta la captación de voluntariado dispuesto a asumir un compromiso activo en la mejora de la sociedad. 

Superar estas dificultades requiere un enfoque proactivo y creativo, que incluya campañas de concienciación, estrategias flexibles de voluntariado y una comunicación clara sobre el impacto positivo que las personas voluntarias puedan tener en sus comunidades de referencia. En pos de fortalecer y enriquecer la cultura del voluntariado en Euskadi en los próximos años, se propone una modernización integral de los procesos de voluntariado a través de la implementación de plataformas digitales, destinadas a facilitar la conexión fluida entre voluntariado y organizaciones. Esta transformación incluirá la adopción de herramientas tecnológicas para el seguimiento de actividades, la gestión de proyectos y una comunicación más efectiva entre las personas participantes. Asimismo, se insta a ofrecer programas de formación continua que no solo doten al voluntariado de habilidades específicas, sino que también les brinden oportunidades de desarrollo personal y profesional. En un esfuerzo por ampliar la participación, se abogará por estrategias específicas que involucren a la población joven, capitalizando sus destrezas digitales, ideas innovadoras y energía vibrante. La creación de redes de apoyo entre diversas entidades se presenta como un elemento clave para compartir recursos y buenas prácticas. Además, se propone la implementación de sistemas de evaluación de impacto con el objetivo de medir el valor real del voluntariado en la comunidad y mejorar la efectividad de los programas.

De todos estos datos, y a pesar de que existan dificultades, se desprende que el voluntariado en Euskadi es un reflejo del espíritu comunitario arraigado en esta región. A pesar de los desafíos, la comunidad de voluntarias y voluntarios continúa siendo una fuerza vital, dedicada a construir un futuro más equitativo y sostenible. A medida que la sociedad evoluciona, el voluntariado en Euskadi se adapta y crece, manteniendo su compromiso inquebrantable con el bienestar de todas las personas.

La situación del voluntariado en Euskadi es dinámica y resiliente, evidenciando el poder transformador de la solidaridad. A medida que avanzamos hacia el futuro, es crucial reconocer y apoyar el papel esencial que desempeñan los voluntarios las personas voluntarias en la construcción de una sociedad más justa, igualitaria, sostenible y compasiva.

Y por ese mismo motivo, es alentador también el dato que se recoge en el Informe del Consejo Vasco de Voluntariado en cuanto al "Voluntariado Potencial", aquellas personas que actualmente no siendo voluntarias, estarían dispuestas a serlo en un futuro próximo, estimando que ronda entorno al 22,3 %. Hablamos de 421.569 personas, una cifra que nos hace ser optimistas en cuanto a la continuidad de la acción voluntaria en la CAPV.

Para todas estas personas que quieran convertirse en agentes activos y aportar en la mejora de la sociedad, saber que cuentan con el apoyo de las Agencias de Voluntariado y Participación Social de Euskadi que ofrecen información y orientación personalizada en la incorporación al voluntariado.

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